viernes, 14 de diciembre de 2007

Para Víctor

Ustedes sabían que él caminaba sin dejar huellas.
Flotaba detrás mío y no me lo dijeron.
Soplaba miel en mi nuca y callaron.
Peinaba mi reflejo en silencio y no me dejaron responderle.
¿Acaso me celan, pescaditos?
¿Acaso querrían imitarlo?

Yo ya pagué por mis silencios
Y me gasté las légrimas.
Ya enterré mis muertos
y quemé el placard.

Ahora me tocan los mares con secretos, las caricias de los ríos, las lunas de color.
Los suspiros, los besos, la poesía y la magia.
Las coronas, la brisa, el amor y el sudor.

Yo lo inventé entre sueños pero él ya estaba
Y lo hice tinta y lo hice carne (pero no lo podía ver)

Llegó un día y le mostré mi mundo, y lo envolví de locura y lo amé.
Lo invité a pasear, y me dio la mano, decidió quedarse y respiré licor.

Ahora él me enseña a dejarme ir y a volver mejor,
a deshacer las sombras que nunca puedo pisar,
a conquistar el mundo de mis utopías.
Ahora soy libre con él y no le temo al suelo y me gusta abrir los ojos y pisar.

Ahora me cuelgo mis mejores alas y despego sin miedo con destino a sus brazos.
Sus ojos me esperan, y me saben loca, y lo elijo de nuevo y me agito feliz.
Sus manos me escuchan, me conocen, me creen.
Su boca me espía y me nombra en un ritual.

Te prometo el mundo que quisimos siempre
y sombras de sauces para nadar juntos entre signos:
ficciones que dibujen realidades posibles y angelitos que te ayuden a dormir.
Te prometo verdades con sonido y miradas sinceras en silencio.
Te prometo mis manos y mi pecho y mi paso firme y mi voz.
Te prometo las caricias que me pidas
Y los infinitos tambores de mi corazón.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Siempre?

La luna los mira de reojo mientras se asoma rosa y grande desde el mar. Siempre es hoy y acá, y siempre estamos todos en las letras.
Está tan rara como encendida pero se sabe hermosa y se mueve despacio, se contonea en el horizonte erizando mi aliento como nunca nadie antes pudo.
Se expande con grandeza, resiste.
Se mueve atenta, despierta, como cómplice y compañera de mis pensamientos, y de los de todos los que podemos contemplarla sin juzgar sus ausencias, con la certeza de que la paciencia, las lágrimas que no temimos mostrar y las sonrisas que elegimos brindar nos harán eternamente libres.

Con las alas en la valija

Pintabas el cuadro con los ojos de tigre que ella había inventado para hablar de vos.
Habías cambiado, eso era lo único que sabían vos y y el bastidor, que te miraba impoluto y erguido desde el atril.
Ya no eras tan valiente como antes. Ni en sueños soportabas un mentiroso "hasta luego". "No lo digas"- le habías pedido, y ella te había hecho caso por primera vez en su vida. Ella tamoco era tan valiente como antes. Se fue sin decirlo, aunque no era necesario y el primer trazo fue negro y corto, como el último.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Pedro y Vilma me regalaron un castillo lleno de palabras.
Un día les puse música con tinta azul y las convertí en un himno de margaritas bailarinas.
Ahora ellas sonríen sin vergüenza porque saben un secreto que les contó Blancanieves:

las canciones que nacen en ese palacio duran para siempre.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Vos le hablabas al oído con un pentagrama embebido en granos de su droga preferida.
Él te consumía como si el cielo se le fuera a caer encima, con nubes hechas de cuerdas que nunca desafinan en tus brazos.

Hoy se ríe cuando se recuerda preso de ese caldo, pero se regocija sabiéndose un esclavo de lujo.

viernes, 17 de agosto de 2007

Yo y mi otro yo


Otredades

Un cíclope se acerca despacio, enojado, insomne. Está muy cerca de mis ojos y temo que me vea a través de su brillo, que sepa quién soy cuando estoy conmigo, que me convierta en una de los suyos. Mi boca se entibia con su aliento y me desangro del miedo a que me quiera besar. Vomitaría adrenalina si pudiera, si tuviera tiempo, pero es demasiado riesgoso moverse ahora. Bajo los párpados y suspiro entregada a una sorpresa fatal, aunque inocentemente espero un guiño del destino. Mientros pienso obviedades percibo que duda y lo miro. Lo miro de verdad. Lo miro para que se rompa enfrente mío. Alguien alguna vez me dijo que mi mirada era más sabia que mi voz. El cíclope me ataca con su pupila serena, derribando mi amenaza, parodiándola con una crueldad que inventé para odiarlo. Aspira el aire que compartimos y me dice: "Dame la mano, ninfa, yo no te tengo miedo".

La única lágrima que se me escapó cayó desnuda en su empeine y desapareció,
salada y sola,
desvaneciéndose sin culpa,
y sin camino de regreso.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Es un charco el que refleja las miserias.
Es un clavo el que da sombra a tu espesor.
Son dos alas las que cuidan tus engaños.
Es mi sangre la que hiere tu ambición.

lunes, 6 de agosto de 2007

Cámara lenta en un triste final

Convencías al cuchillo
de salvarte la vida,
pero su odio afilaba
tus más oscuros abismos;
y fue más fuerte que
todos los pedazos de tu amor.

Al final no eran tan distintos:
intensos, confusos, eternos.

Ya no podrían mirarse
con el cuerpo entre las manos.
Ya no podrían mirarse.

Silencios inocentes

Ella quería que la desarmaran,
él no creía merecerlo.

Las manos de él lloran historias
de narrador omnisciente,
el pecho de ella las recibe
con secretos de folletín.

Los encuentros sin palabras
se nutren de lágrimas sedientas.
Los significados flotan sin cuerpo
y los latidos sudan su dolor.

Nunca le reprocharon nada al silencio
y se murieron mirándose a los ojos.