viernes, 17 de agosto de 2007

Yo y mi otro yo


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Suave, sutil, tranquila, serena, su flor, su nectar y el polen que atrae...el intelecto del universo.
Sentir suave, el sutil batir de sus alas, tranquila como espectante, serena no solo calma, una flor que amanece menos desnuda y mas segura de sus anhelos.
Rompe brizas su memoria, abriendo al cielo todos sus pétalos.
Su polen ya fue tomado, para que otros prueben de sus sueños, lo dulce de una mirada, desde lo mas alto de su vuelo.

Anónimo dijo...

Si esas son las flores, si tan delicados los comentarios, quisiera apenas oficiar de abeja y descansar en sus pétalos y quizá alguna tarde descuidada, alguna noche unánime (dixit JLB) robar su dulce inocencia redactando en su oido todas mis intenciones.

Si ud supiera, si apenas me dejara yo sería tan esclavo de su capricho para romper en mil revoluciones y tomarla presa de mi pensamiento, allí donde la noche no descansa y el amanecer no trae calma, ni siquiera reposo.

Claro que no, claro que ni se imagina, si lo supiera no podría concebirlo. Intentaría escapar y yo trémulo de pavor la perseguiría hasta dónde ud me indique, el juego es eterno, ud lo comprende, yo también, todo lo demás no es nada.

Anónimo dijo...

hermosa,
su yo y su otro yo
siga buscando su cebra,
ese es el premio y el precio de las promesas incumplidas