Ella quería que la desarmaran,
él no creía merecerlo.
Las manos de él lloran historias
de narrador omnisciente,
el pecho de ella las recibe
con secretos de folletín.
Los encuentros sin palabras
se nutren de lágrimas sedientas.
Los significados flotan sin cuerpo
y los latidos sudan su dolor.
Nunca le reprocharon nada al silencio
y se murieron mirándose a los ojos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Qué lindo poema! Me lo robo para mí.
A tu hada madrina le encantó
gracias hadita!!! Por tus alas y tu polvo de estrellas
Quién dijo que la tristeza no puede ser hermosa...gracias por este poema!!
muy buena tu nota de homero manzi en esperando a godot
Publicar un comentario