Para Víctor
Ustedes sabían que él caminaba sin dejar huellas.
Flotaba detrás mío y no me lo dijeron.
Soplaba miel en mi nuca y callaron.
Peinaba mi reflejo en silencio y no me dejaron responderle.
¿Acaso me celan, pescaditos?
¿Acaso querrían imitarlo?
Yo ya pagué por mis silencios
Y me gasté las légrimas.
Ya enterré mis muertos
y quemé el placard.
Ahora me tocan los mares con secretos, las caricias de los ríos, las lunas de color.
Los suspiros, los besos, la poesía y la magia.
Las coronas, la brisa, el amor y el sudor.
Yo lo inventé entre sueños pero él ya estaba
Y lo hice tinta y lo hice carne (pero no lo podía ver)
Llegó un día y le mostré mi mundo, y lo envolví de locura y lo amé.
Lo invité a pasear, y me dio la mano, decidió quedarse y respiré licor.
Ahora él me enseña a dejarme ir y a volver mejor,
a deshacer las sombras que nunca puedo pisar,
a conquistar el mundo de mis utopías.
Ahora soy libre con él y no le temo al suelo y me gusta abrir los ojos y pisar.
Ahora me cuelgo mis mejores alas y despego sin miedo con destino a sus brazos.
Sus ojos me esperan, y me saben loca, y lo elijo de nuevo y me agito feliz.
Sus manos me escuchan, me conocen, me creen.
Su boca me espía y me nombra en un ritual.
Te prometo el mundo que quisimos siempre
y sombras de sauces para nadar juntos entre signos:
ficciones que dibujen realidades posibles y angelitos que te ayuden a dormir.
Te prometo verdades con sonido y miradas sinceras en silencio.
Te prometo mis manos y mi pecho y mi paso firme y mi voz.
Te prometo las caricias que me pidas
Y los infinitos tambores de mi corazón.
Ustedes sabían que él caminaba sin dejar huellas.
Flotaba detrás mío y no me lo dijeron.
Soplaba miel en mi nuca y callaron.
Peinaba mi reflejo en silencio y no me dejaron responderle.
¿Acaso me celan, pescaditos?
¿Acaso querrían imitarlo?
Yo ya pagué por mis silencios
Y me gasté las légrimas.
Ya enterré mis muertos
y quemé el placard.
Ahora me tocan los mares con secretos, las caricias de los ríos, las lunas de color.
Los suspiros, los besos, la poesía y la magia.
Las coronas, la brisa, el amor y el sudor.
Yo lo inventé entre sueños pero él ya estaba
Y lo hice tinta y lo hice carne (pero no lo podía ver)
Llegó un día y le mostré mi mundo, y lo envolví de locura y lo amé.
Lo invité a pasear, y me dio la mano, decidió quedarse y respiré licor.
Ahora él me enseña a dejarme ir y a volver mejor,
a deshacer las sombras que nunca puedo pisar,
a conquistar el mundo de mis utopías.
Ahora soy libre con él y no le temo al suelo y me gusta abrir los ojos y pisar.
Ahora me cuelgo mis mejores alas y despego sin miedo con destino a sus brazos.
Sus ojos me esperan, y me saben loca, y lo elijo de nuevo y me agito feliz.
Sus manos me escuchan, me conocen, me creen.
Su boca me espía y me nombra en un ritual.
Te prometo el mundo que quisimos siempre
y sombras de sauces para nadar juntos entre signos:
ficciones que dibujen realidades posibles y angelitos que te ayuden a dormir.
Te prometo verdades con sonido y miradas sinceras en silencio.
Te prometo mis manos y mi pecho y mi paso firme y mi voz.
Te prometo las caricias que me pidas
Y los infinitos tambores de mi corazón.